Benedicto XVI, a partir de su experiencia como prefecto y como papa, señaló en 2019 que la causa del fenómeno de la pederastia clerical, de marcado cariz homosexual, estaba en el hundimiento de la moral cristiana tras el “mayo del 68”.
Un año antes, durante el Encuentro Mundial de las Familias en Irlanda, Francisco había afirmado ante un grupo de jesuitas: “He comprendido una cosa con gran claridad. Este drama de los abusos, especialmente cuando es de grandes proporciones y produce gran escándalo, tiene detrás situaciones de Iglesia marcadas por elitismo y clericalismo; el abuso sexual no es el primero, sino el de poder y de conciencia” (25 de agosto de 2018).
Sin ceder a una contraposición interesada y estéril, los dos diagnósticos permiten plantearnos la cuestión sobre el origen y el estado actual de la crisis…